La serenidad es el valor que nos ayuda y enseña a mantener
la calma dentro de la incertidumbre. La prisa a veces nos impacienta, la
serenidad ayuda a que conectemos con la paciencia y podamos de ese modo calmarnos
y sobrellevar aquello que acontece. Los niños no entienden el concepto del
tiempo como los adultos, a menudo se dejen llevar por la impaciencia de aquello
que quieren conseguir, si les transmitimos y les enseñamos a conectar con la
serenidad, poco a poco se irán haciendo más pacientes y comprenderán mejor cómo
funciona el tiempo.
Hay varias formas de poder entrenar la serenidad, unas son
con ejercicios de relajación físicos, las otras son con ejercicios de
proyección mental.
Cuando el cuerpo se relaja físicamente somos capaces de
tranquilizarnos, de serenarnos a nivel físico, siempre que consigamos relajar
todos los músculos del cuerpo a nivel físico, estaremos conectando con la calma
y la tranquilidad. La mente y las emociones tienen una influencia directa al
cuerpo físico, toda preocupación mental y emocional se proyecta de una manera
evidente tensando la musculatura. Si mental y emocionalmente estamos tensos
probablemente toda nuestra musculatura se tense, aunque si somos capaces de
relajar el cuerpo físico la mente y las emociones también se irán relajando. Para
la gente a menudo es más fácil relajar el cuerpo, que la mente o las emociones,
de ahí que podamos acceder a la serenidad comenzando con ejercicios físicos. A continuación,
vamos a ver ejercicios que podrán ayudar a los niños a conectar con la calma
interior y de ese modo aprenderán a serenarse, cualquiera de esos ejercicios
también se puede aplicar en adultos.
Ejercicios para
relajar el cuerpo y aprender a serenarnos.
La respiración es algo que nos acompaña durante toda nuestra
vida, se dice que es lo primero que hacemos al nacer y lo último que hacemos al
morir. Nadie puede vivir sin respirar, sin embargo, somos capaces de modificar
el ritmo de nuestra respiración, a ella va ligada nuestra energía vital. En un
momento en el que necesitamos mucha actividad física la respiración se acelera
de forma automática y de ese modo recibimos el oxígeno necesario para tal
actividad, aunque si mantenemos mucha actividad mental nuestro cuerpo sólo
identifica la palabra actividad, lo cual acelera nuestra respiración como si mantuviésemos
una actividad física intensa. Desde la actividad es difícil conectar con la
serenidad, por eso vamos intentar realizar un ejercicio de respiración
consciente que podamos transmitir a los más pequeños, y aprendan de ese modo, a
que con la respiración podrán conectar con la calma y aprenderán a serenarse.
Ejercicio de
respiración consciente para los más pequeños y los más grandes
En primer lugar, debemos colocar la espalda recta, poniendo
la intención de alinearnos con el sol, como si quisiésemos llevar la parte alta
de la cabeza lo más cerca del sol. De este modo habremos ajustado el cuerpo a
una postura correcta para la espalda.
Ahora cerramos los ojos y llevamos toda nuestra atención a
la zona abdominal, nos quedamos observando e intentamos relajar cualquier tipo
de tensión muscular. Si le estamos enseñando este ejercicio a los niños les
podemos decir que pongan la barriga dura y luego la ablanden todo lo que puedan.
Cuando conseguimos relajar por completo la zona abdominal permanecemos unos
segundos observando.
Por último llevamos la atención a la respiración intentando
observar el recorrido que hace el aire al entrar y salir del cuerpo, como se
introduce por la nariz, podemos observar lo frío que está al entrar, seguimos
su recorrido y si tenemos el abdomen completamente relajado veremos cómo se
expande hacia fuera, debido al empuje que ejercen los pulmones a nuestra
cavidad orgánica. Este efecto ayuda a masajear toda la zona orgánica y visceral
del abdomen. A los niños les podemos decir que observen cómo se hincha su
barriguita al salir hacia fuera y cómo vuelve a su sitio, una barriga en
movimiento a través de la respiración es un síntoma de calma emocional.
Este ejercicio lo podemos hacer en cualquier momento del día
que necesitemos conectar con la calma y la serenidad, hay que tener en cuenta
que la respiración nos acompaña cada momento, y nosotros somos capaces de
intervenir en el ritmo y ser conscientes de lo que sucede nuestro cuerpo.
Siempre que observamos la respiración es como un ejercicio meditativo en el que
la mente deja de pensar para llevar la atención a lo que sucede en el aquí y el
ahora, de algún modo nos ayuda a conectar con los principios de la meditación.
Lo podemos hacer el tiempo que sintamos necesario, es evidente que los niños lo
harán más poquito tiempo, aunque de este modo habrán aprendido una herramienta
que en el futuro le podrán dar un gran uso.
Ejercicio de
proyección mental para peques y grandes
La proyección mental consiste en imaginarnos que la
situación que queremos conseguir ya la tenemos, si lo hacemos bien nos puede
conectar con la serenidad. Imaginemos que un adolescente quiere alcanzar la
mayoría de edad, y tiene impaciencia por ello. Si hace un ejercicio de
proyección mental en el que se visualiza dentro de la edad y conecta con esa
realidad, a nivel emocional se dará cuenta de que ese hecho llegará. Es absurdo
preocuparse por algo que va llegar, es posible que poco a poco aprendan a que
el tiempo no se puede acelerar ni disminuir, tan solo nos queda disfrutar del
momento, preocuparnos por algo que va llegar no tiene demasiado sentido.
En primer lugar, de nuevo podemos alargar la espalda para
que la cabeza esté lo más cerca del sol. Cerramos los ojos y realizamos el
ejercicio anterior de serenar la respiración. Una vez hemos serenado la
respiración, hacemos un ejercicio de visualización proyectándonos en la situación
que queremos alcanzar. Nos visualizamos en el momento que anhelamos, intentándonos
ver y sentir lo que nos aporta. si entendemos que es una realidad que llegará,
no sirve preocuparnos. Si es algo que puede suceder o no, tampoco sirve
preocuparnos. Es muy interesante hacer este ejercicio y observar cómo nos
sentimos emocionalmente, si verdaderamente proyectándonos a ese momento
sentimos serenidad, si no la sentimos quizás puede ser que no sea nuestro
camino.
Por último, es importante que nos digamos mentalmente que es
absurdo preocuparse por esa situación, que en un futuro será una realidad, y si
esa realidad no sucede, entonces es absurdo preocuparse por algo que no
sucederá. La felicidad se encuentra en
el momento presente, en el Aquí y el Ahora, tan solo debemos aprender a
disfrutar del momento presente. La serenidad es el primer paso para conectar
con la felicidad.
Artículo escrito por Liberto Bosch
Artículo escrito por Liberto Bosch