La Serenidad "17 de 36"


La serenidad es el valor que nos ayuda y enseña a mantener la calma dentro de la incertidumbre. La prisa a veces nos impacienta, la serenidad ayuda a que conectemos con la paciencia y podamos de ese modo calmarnos y sobrellevar aquello que acontece. Los niños no entienden el concepto del tiempo como los adultos, a menudo se dejen llevar por la impaciencia de aquello que quieren conseguir, si les transmitimos y les enseñamos a conectar con la serenidad, poco a poco se irán haciendo más pacientes y comprenderán mejor cómo funciona el tiempo.

Hay varias formas de poder entrenar la serenidad, unas son con ejercicios de relajación físicos, las otras son con ejercicios de proyección mental.

Cuando el cuerpo se relaja físicamente somos capaces de tranquilizarnos, de serenarnos a nivel físico, siempre que consigamos relajar todos los músculos del cuerpo a nivel físico, estaremos conectando con la calma y la tranquilidad. La mente y las emociones tienen una influencia directa al cuerpo físico, toda preocupación mental y emocional se proyecta de una manera evidente tensando la musculatura. Si mental y emocionalmente estamos tensos probablemente toda nuestra musculatura se tense, aunque si somos capaces de relajar el cuerpo físico la mente y las emociones también se irán relajando. Para la gente a menudo es más fácil relajar el cuerpo, que la mente o las emociones, de ahí que podamos acceder a la serenidad comenzando con ejercicios físicos. A continuación, vamos a ver ejercicios que podrán ayudar a los niños a conectar con la calma interior y de ese modo aprenderán a serenarse, cualquiera de esos ejercicios también se puede aplicar en adultos.

Ejercicios para relajar el cuerpo y aprender a serenarnos.

La respiración es algo que nos acompaña durante toda nuestra vida, se dice que es lo primero que hacemos al nacer y lo último que hacemos al morir. Nadie puede vivir sin respirar, sin embargo, somos capaces de modificar el ritmo de nuestra respiración, a ella va ligada nuestra energía vital. En un momento en el que necesitamos mucha actividad física la respiración se acelera de forma automática y de ese modo recibimos el oxígeno necesario para tal actividad, aunque si mantenemos mucha actividad mental nuestro cuerpo sólo identifica la palabra actividad, lo cual acelera nuestra respiración como si mantuviésemos una actividad física intensa. Desde la actividad es difícil conectar con la serenidad, por eso vamos intentar realizar un ejercicio de respiración consciente que podamos transmitir a los más pequeños, y aprendan de ese modo, a que con la respiración podrán conectar con la calma y aprenderán a serenarse.

Ejercicio de respiración consciente para los más pequeños y los más grandes

En primer lugar, debemos colocar la espalda recta, poniendo la intención de alinearnos con el sol, como si quisiésemos llevar la parte alta de la cabeza lo más cerca del sol. De este modo habremos ajustado el cuerpo a una postura correcta para la espalda.

Ahora cerramos los ojos y llevamos toda nuestra atención a la zona abdominal, nos quedamos observando e intentamos relajar cualquier tipo de tensión muscular. Si le estamos enseñando este ejercicio a los niños les podemos decir que pongan la barriga dura y luego la ablanden todo lo que puedan. Cuando conseguimos relajar por completo la zona abdominal permanecemos unos segundos observando.

Por último llevamos la atención a la respiración intentando observar el recorrido que hace el aire al entrar y salir del cuerpo, como se introduce por la nariz, podemos observar lo frío que está al entrar, seguimos su recorrido y si tenemos el abdomen completamente relajado veremos cómo se expande hacia fuera, debido al empuje que ejercen los pulmones a nuestra cavidad orgánica. Este efecto ayuda a masajear toda la zona orgánica y visceral del abdomen. A los niños les podemos decir que observen cómo se hincha su barriguita al salir hacia fuera y cómo vuelve a su sitio, una barriga en movimiento a través de la respiración es un síntoma de calma emocional.

Este ejercicio lo podemos hacer en cualquier momento del día que necesitemos conectar con la calma y la serenidad, hay que tener en cuenta que la respiración nos acompaña cada momento, y nosotros somos capaces de intervenir en el ritmo y ser conscientes de lo que sucede nuestro cuerpo. Siempre que observamos la respiración es como un ejercicio meditativo en el que la mente deja de pensar para llevar la atención a lo que sucede en el aquí y el ahora, de algún modo nos ayuda a conectar con los principios de la meditación. Lo podemos hacer el tiempo que sintamos necesario, es evidente que los niños lo harán más poquito tiempo, aunque de este modo habrán aprendido una herramienta que en el futuro le podrán dar un gran uso.

Ejercicio de proyección mental para peques y grandes

La proyección mental consiste en imaginarnos que la situación que queremos conseguir ya la tenemos, si lo hacemos bien nos puede conectar con la serenidad. Imaginemos que un adolescente quiere alcanzar la mayoría de edad, y tiene impaciencia por ello. Si hace un ejercicio de proyección mental en el que se visualiza dentro de la edad y conecta con esa realidad, a nivel emocional se dará cuenta de que ese hecho llegará. Es absurdo preocuparse por algo que va llegar, es posible que poco a poco aprendan a que el tiempo no se puede acelerar ni disminuir, tan solo nos queda disfrutar del momento, preocuparnos por algo que va llegar no tiene demasiado sentido.

En primer lugar, de nuevo podemos alargar la espalda para que la cabeza esté lo más cerca del sol. Cerramos los ojos y realizamos el ejercicio anterior de serenar la respiración. Una vez hemos serenado la respiración, hacemos un ejercicio de visualización proyectándonos en la situación que queremos alcanzar. Nos visualizamos en el momento que anhelamos, intentándonos ver y sentir lo que nos aporta. si entendemos que es una realidad que llegará, no sirve preocuparnos. Si es algo que puede suceder o no, tampoco sirve preocuparnos. Es muy interesante hacer este ejercicio y observar cómo nos sentimos emocionalmente, si verdaderamente proyectándonos a ese momento sentimos serenidad, si no la sentimos quizás puede ser que no sea nuestro camino.

Por último, es importante que nos digamos mentalmente que es absurdo preocuparse por esa situación, que en un futuro será una realidad, y si esa realidad no sucede, entonces es absurdo preocuparse por algo que no sucederá. La felicidad se encuentra en el momento presente, en el Aquí y el Ahora, tan solo debemos aprender a disfrutar del momento presente. La serenidad es el primer paso para conectar con la felicidad.

Artículo escrito por Liberto Bosch




Compartir:

Convocatorias Anteriores